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Catherine L’Ecuyer: “¿Cuáles son los verdaderos indicadores del éxito educativo?”

21 ene 2022

Catherine L’Ecuyer es doctora en educación y psicología y va a participar este próximo 20 de enero en una de las masterclass de las Jornadas de Innovación Educativa titulada ‘Educar en la atención’. Catherine es una de las figuras más influyentes en la educación y tiene visión muy clara sobre el uso de las nuevas tecnologías en la infancia y en la adolescencia y la importancia de educar en la realidad y en el asombro.

PREGUNTA: Catherine, eres una de las personas más influyentes del ámbito educativo, ¿qué mejoras crees que necesita la educación actual?

RESPUESTA: Antes de actuar buscando cambiar el "qué" y el "cómo", es clave sentarse y reflexionar en el "por qué" y en el "para qué". ¿Adónde vamos? ¿Qué es educar? ¿Cuáles son los verdaderos indicadores del éxito educativo? ¿Cuáles son las corrientes educativas que se nos presentan y con cuáles estamos de acuerdo y en desacuerdo? ¿Por qué? Son preguntas a las que intento responder en mi libro Conversaciones con mi maestra. Mientras no atendamos a esas reflexiones, estaremos corriendo como pollos sin cabeza, rindiéndonos al activismo pedagógico que confunde calidad con novedad.

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P: Para ti, ¿qué es la innovación educativa?

R: La novedad es un concepto comercial, no educativo. Es un concepto que va de la mano con la idea de la obsolescencia. ¿Desde cuándo el valor de una propuesta depende de su temporalidad, y no de su mérito intrínseco? El cambio por el cambio no tiene sentido. Los cambios a veces son necesarios cuando lo que hacemos no tiene sentido, pero siempre y cuando traen una mejora clara en relación con los fines que perseguimos. Ahora bien, para valorarlo, hemos de tener claros los fines. Y los fines no cambian, o por lo menos no deberían. No son los fines que han de cambiar, son los medios, para alcanzar mejor el fin. El problema nace cuando confundimos fines y medios. Cuando tiene más importancia la didáctica que la sabiduría, cuando tiene más importancia la emoción que el asombro, o cuando tiene más importancia los métodos que los fines de la educación.

P: Has manifestado los efectos negativos que el uso prolongado de la tecnología puede tener en los niños. Hoy en día se ha convertido en una herramienta de aprendizaje predominante. ¿Cuáles crees que son las claves para conseguir un equilibrio y un consumo moderado de la tecnología, que fomente el aprendizaje?

R: Antes de buscar su cuota de mercado en el ámbito educativo, la industria de la tecnología tenía que cumplir con dos pruebas. La primera es la relación entre el uso de sus productos y una mejora en el aprendizaje. La segunda es la ausencia de efectos secundarios, o la irrelevancia de esos efectos con respecto a las supuestas mejoras. Si las mejoras son más relevantes que los efectos perjudiciales, entonces tiene sentido usar esos dispositivos. Hoy por hoy, no tengo constancia de que esa industria haya cumplido con ninguno de esos dos pesos de la prueba. No solo no existe conjunto de pruebas en estudios indexadas con grupos de control que demuestren ventajas y ausencia de efectos perjudiciales, sino que existen varios estudios que apuntan a la relación entre el uso de esas tecnologías y la merma de la atención de los alumnos. No es lo mismo atención sostenida que fascinación ante estímulos frecuentes e intermitentes. Estamos confundiendo el "motivar" al alumno, con "flipar" al alumno.

P: En ocasiones has mencionado que la sobreprotección está a la orden del día, ¿cómo crees que los docentes pueden colaborar con las familias para influir positivamente en los niños sobreprotegidos?

R: Primero, habría que aterrizar los conceptos. ¿Que entendemos por sobreprotección? No es lo mismo que una madre le lleve al colegio el bocadillo que el alumno de bachillerato se olvidó en casa o impedir que un niño coja las hojas de un árbol que están en el suelo de un bosque por miedo a que se ensucie a decirle a un niño que vaya con cuidado subiéndose a un árbol de 30 metros, o diciendo que mire a los dos lados de la calle antes de cruzar una carretera. La palabra sobreprotección es usada en cualquier contexto, sin tener en cuenta el contexto. He llegado a escuchar una empresa que vendía leche en polvo argumentando que su producto era bueno para que el bebé sea autónomo. ¿Aprende a ser autónomo un bebé de 2 meses porque se le da lecho en polvo? Es una verdadera barbaridad. Lo importante es que los padres vuelvan a conectar con la realidad del niño para poder entenderlo. Hay que recuperar el sentido común conectando con la realidad y dejar que las empresas nos dicten como hemos de educar.

P: ¿Qué propondrías a los docentes para ayudarles a transformar la educación e implementar un método educativo innovador en sus aulas?

R: Primero, les preguntaría qué es lo que quieren transformar y por qué lo quieren hacer. ¿Cuál es el fin que persiguen? ¿En qué corriente educativa se encuentran? ¿Cómo encaja esa acción en esa corriente? En Conversaciones con mi maestra apunto a las tres principales corrientes educativas que existen y explico de qué corriente cuelgan los métodos que se usan hoy en las aulas.

Si quieres conocer más sobre la visión de Catherine L’Ecuyer sobre la importancia de educar en la realidad y en el asombro, apúntate a la próxima masterclass de las Jornadas de Innovación Educativa.