En un momento en el que las nuevas tecnologías y la innovación cobran cada vez mayor importancia en el mundo empresarial, es habitual ver a las empresas invertir parte de sus recursos en investigación para tratar de encontrar nuevas formas de optimizar sus procesos y sus recursos. Para ello, en muchos casos recurren a la formación de consorcios con universidades, centros de investigación e, incluso, otras empresas, para llevar a cabo un proyecto de I+D de forma conjunta.
Para arrojar luz sobre este fenómeno, Alfredo Escardino, profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia, ha publicado recientemente una monografía titulada “El consorcio contractual de I + D + i” donde analiza, desde un punto de vista jurídico, este tipo de consorcios, reconduciéndolos a la figura de la joint venture contractual.
Escardino, que cuenta con una dilatada experiencia como asesor especializado en la gestión de la I+D +i, y en sus aspectos jurídicos y financieros, escribió esta obra frente a la “falta de interés de los autores por los consorcios de I+D+i”, algo que a su juicio “no se corresponde con el protagonismo que dichos consorcios han cobrado en los últimos tiempos” ni con la “cantidad y complejidad de las cuestiones jurídicas que se deben regular para que dichos consorcios funcionen con eficacia.”
De esta forma, con su publicación el autor se adentra en un punto clave para el estudio de estos instrumentos de cooperación científica, tecnológica e industrial que proveen “indudables ventajas tanto técnicas como económicas”, aportando a su vez una perspectiva diferente.